martes, 3 de marzo de 2015

"Tiempo Circular" del poeta Augusto Vicente Otazú


TIEMPO CIRCULAR
del poeta
Augusto Vicente Otazú
Por: Mario Carazas Conde.


Título: Tiempo Circular.
Autor: Augusto Vicente Otazú.
Prólogo: Mario Carazas Conde.
Editorial: Enroque y más Versos.
Ciudad: Arequipa-Lima.
Año de publicación: 2014. 
Género: Poesía.
Medidas: 20,3 x 14,6 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 60.



TIEMPO CIRCULAR, MÚSICA ELECTRÓNICA, ARTEFACTOS HEDONISTAS,
 ROBOTS NARCISISTAS


Seres evasivos y abrasivos pululan en estas páginas, seres que revientan de vitalidad, antes de ser reventados por la muerte, esa compañera paciente que espía y ronda en cada esquina, en cada verso que el autor proyecta. La evasión y escapismo de esta realidad, de esta ciudad se ve plagada de música electrónica, computadoras y artefactos hedonistas. El narcisismo de una generación auto declarada inocente, pero sumisa a los designios y ofertas de la civilización y el mercado.

Tiempo Circular se inyecta de palabras pero también de ideas. En este recorrido de excesos mueren los cristos incrustados en la realidad. Suda sacrilegio y anuncia masacres, nada lo redime, todo está permitido porque estamos derrotados de antemano. Sin embargo inesperada como la muerte limpiabas tu daga en mi lomo y me apuñalabas una y otra vez cuando toda mi voz interior decía …te amo.”

El lenguaje poético es un mastín, un perro moloso acosando, mordiendo tenaz y Augusto Vicente Otazú (AVO) tiene que recordarlo. Pero ahí donde van corriendo lúdicos los versos aparece la voz en off del filósofo, racionalizándolo todo. No tengo necesidad del Karma /la cabeza de Buda es demasiado grande”.

Hay un conflicto en Tiempo Circular, la rabiosa idea enfrentándose al lúdico lenguaje, cuando el lenguaje toma posesión es cuando el poemario fluye, pero cuando la idea (filosofar) se vuelve dominante es cuando la poesía el fluido tiene problemas, se congestiona y atasca. En poesía se ha de sugerir, pero no explicar. Pero AVO también logra buenos aciertos, logra congeniar a ambas: lenguaje e idea, como aquel fragmento que reza: “y Dios se niega a mirarme/ ¿Cómo contemplarlo si estoy apretado en mis malditos sentidos?” Acaso los sentidos se vuelven paredes, muros infranqueables, aplastantes, el cuerpo limitado, el envejecimiento, las mil y un maneras de morir. El misticismo revienta en su cuerpo, el idealismo son esquirlas filosas para un no creyente o como él mismo apunta: “balas ideológicas en mi espalda”. Lastre para un hedonista.

“De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo te dispararás en la sien, de nuevo arribará esta misma lluvia, de nuevo harás el amor…” en Tiempo circular, el nietzscheano ha despertado, se despereza agitado de un mal sueño y apenas recuerda. No intenta salvar ni adoctrinar, sólo se permite estar, dueño de su propia secta, de su propia tabla de mandamientos. Dueño de sí, reclama adeptos para sacrificarlos, reclama claridad para enturbiarla, reclama calma para violentarla, reclama perdón para ajusticiar, reclama amor para engullirse de él, reclama oídos para soltar alaridos. Finalmente reclama para sí el margen del río, aquel del misticismo, donde cabe un reposo o se aspire al silencio pero al mismo tiempo añora el otro margen: el de la locura, el desenfreno, la falta de atadura y catadura moral.

Poemas como: El peor de los animales, Devoción y Crimen, Tiempo circular o Recuerdo como los cuervos se la comieron, son composiciones con los que AVO dialoga más con la poesía, porque les recorre un verso fresco, insolente y si cabe el adjetivo: efectivo.

Mario Carazas Conde.
                                                                                                                                         Poeta tacneño, autor de Gavrilo y los oficios 
                                                                                                                           hostiles (2007) y, ¿Dónde están los bárbaros? (2011).



TIEMPO CIRCULAR


DEVOCIÓN Y CRIMEN

Tu cuerpo es una catedral  yo sólo derramaré agua bendita en el altar, 
Hacíamos el amor tan puro  que las rosas florecían tan frescas,  necesitábamos una copa de vino para detener el tiempo y cuando era demasiado tarde me ahorcabas sin compasión, gemías tan dulcemente  que la noche tímida se pierde con los tabúes buscando su fortuna fatal
En ese negativo ante mí, las flores se abrían sin descanso, sombras húmedas y palpitantes, apresadas en mi red
En ningún lugar, amada mía, tendré un mundo, si no es  dentro tuyo
No es que no te crea es que ya no eres la misma y tengo que decidir entre el cielo o morir mil veces apuñalado
Nuestra vida primor pasa transformándose lentamente y cada vez más insignificante se desvanece…
De una vez por todas todo canto de amor se convierte en una orgía de jazz
Me enseñaste la fragilidad de cualquier límite
A besar tu crimen
Oír el sagrado perfume de tu ser
A tomar tu sangre
Sonreírle al vacío para recostarme contigo
A escuchar la carne
Sin embargo inesperada como la muerte limpiabas tu daga en mi lomo y me apuñalabas una y otra vez cuando toda mi voz interior decía …te amo.


EL PEOR DE LOS ANIMALES

Al final de la luna roja naciste
Bestia de buenas herramientas
Buen inventor narcisista
Entierras a tus muertos y
ya no deseas resolver las cosas con una sonrisa
Ostentas tu poder y majestad manipulando tu reino
Feroz imitador de Dios
Santo Inquisidor has quemado al señor o has borrado su nombre
Dios  ha muerto, lo has matado y te has embriagado con su sangre, lo has pisado en el suelo y has escupido tu fe
Música electrónica, artefactos hedonistas, robots narcisistas, computadoras 
y mucho pero mucho licor
Ahora te sientes solo y vacío.


TIEMPO CIRCULAR

Preludio insípido de la muerte del lenguaje y aquellos que quedan atrás  nunca pueden entender por qué alguien querría huir, (adoro la idea de largarme a Estambul, Praga o Lisboa)

Regresan las musas con sus viejos y profundos amigos poetas
con el rostro estallado de heridas y el trasero lleno de semen
cada una de sus manos retienen un pergamino donde anidan
el sabor de lenguas muertas
La música de cientos de héroes, semidioses y ángeles
el calor de signos maltratados por el tiempo
el olor de otros idiomas que de golpe envejecieron

Mis sonetos no son como las orquídeas más ebrias de Alemania, Argentina y Holanda o los maricas que se abren a la sombra de tus tibias nalgas, ni como los poetas de mierda que tienen miedo de sollozar y temen a frágiles puñales que decoran mi vientre

Los poetas no entienden que el lenguaje es narcisista y exageradamente lúdico, que bordea sobre la línea de la muerte, se asusta y quiere llamar la atención, se refleja en un espejo; para no ahogarse y para detener esa maldita muerte, sólo tiene una puerta; el de encender un palo seco y alumbrar en sí mismo su propia imagen dentro de un juego de espejos que no tiene límites
Regresan las musas con estandartes
lastimadas por las orgías con poetas ansiosos por creerse el centro del universo
porque una especie de tradición nos hizo así 
Intolerantes y emancipadores 

El lenguaje a mis musas las aparta de una oscura quietud
las aleja de la paz, las aleja de media docena de flores creadas por el ocaso
y un sofá voló por la ventana
una pared estalló como arena
un reloj quedó intacto, se paralizó y de pronto empezó a funcionar
una llama púrpura ardió por la eternidad 
tan sólo prendí un cigarrillo
de alguna manera las necesito ahora malditas musas

El poeta quemándose es consciente que todos los átomos que componen el mundo es finito como el tiempo, pero hay un tiempo circular que no podemos escribirlo y que trata de sobrevivir con un número finito de vocales, el poeta moribundo se arrastra (aunque desmesurado al contemplar todo esto) por un número finito de vocales, letras, sílabas, palabras y de combinaciones que al final sólo se repiten una y otra vez

En un tiempo infinito, el número de los laberintos posibles debe ser alcanzado, y el camino inevitablemente se repite

los mejores a menudo mueren y los malos siguen en pie sólo para huir de ese laberinto que es el lenguaje

De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo te dispararás en la sien, de nuevo arribará esta misma lluvia, de nuevo harás el amor con la persona que menos imaginabas hasta el enorme desenlace

El planeta es un enorme poeta incendiándose en lugar de belleza, mística, meditación o poesía, se ha optado por la razón, el método y el poder

El espacio entre los signos es fornicado por miles de espejos que se reflejan a sí mismos, para así impedir la llegada del final y proyectarse hacia el infinito. ­Los griegos pueden haber malentendido esa tradición, pero, a la vez, Occidente ha malentendido a los griegos y todos hemos mal entendido a Dante y Dante me ha mal entendido y he mal entendido a todos los poetas, y nunca sabremos la verdad porque esto es una cruel y maldita masacre.


REBELDÍA, ESCRITURA, PROFETA, ESPACIO Y ESPARTACO

Tu vida está vacía,
Conozco los síntomas
Conozco el escape lleno de pastillas (momentos pegajosos de placer)
No te conozco y eso alegra mi vacío
Eres Segismundo en mi sueño solitario
Eres el hijo de un rey que nunca te amo
La cabeza negra está lejos
Tu celular roto en mil pedazos
La música es violenta
Amas dulcemente por crímenes en tu cama 
En alguna parte un poeta piensa:
!Qué demonios hago acá!

¿Quién entonces quiere el poder?
Crónico y Absurdo, si el ser en sí mismo es voluntad de poder
la fuerza activa es nula en esta ciudad
La metafísica es voluntad/poder
Debemos asesinar nuestra esencia
Hacer resistencia y luchar
Pero preferimos ser como Calígula 

Escribir, en nuestros días, se ha acercado infinitamente a su muerte
Este rumor inquietante que en el fondo el lenguaje anuncia cobija una serie de muertos con heridas sin cicatrizar

Cuando uno acerca un poco el oído, escuchará que la realidad está en otro lado

Como la bestia del lenguaje escucha ahora en el fondo de su madriguera este rumor inevitable y creciente.



Augusto Vicente Otazú (Tacna, 1981). Licenciado en Filosofía y Humanidades. Ha publicado los siguientes poemarios: Nihilismo, Divagaciones Existenciales; y, Los Vagabundos Inmortales. Además de publicar desde inicios del 2000 en diversas revistas locales poemas, artículos de crítica literaria, ensayos de filosofía existencialista y, de haber participado como ponente en varios congresos de Filosofía a nivel nacional como internacional.

sábado, 3 de enero de 2015

"El Arribo de un Éxtasis Violento" texto poético de César Pineda Quilca



EL ARRIBO DE UN ÉXTASIS VIOLENTO
del poeta
César Pineda Quilca
Por: Ursula A. N. Podestá Sánchez.


Título: El Arribo de un Éxtasis Violento.
Autor: César Pineda Quilca.
Prólogo: Raúl Heraud.
Editorial: Toro de Trapo.
Ciudad: Lima.
Año de publicación: 2011. 
Género: Poesía.
Medidas: 16,7 x 17,5 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 70.





EL ARRIBO DE UN ÉXTASIS VIOLENTO


César Pineda Quilca (Lima, 1980), es docente y promotor de las letras como de la lectura, desde la ciudad de Lima.
Este, su primer poemario de César, es manejado con estilo cerebral y lucidez, como T. S. Eliot. Pero, sin alejarnos de conocidos giros versales que nos sugieren a Neruda y Huidobro.
Pues bien. Este poemario se encuentra estructurado en tres apartados, y un Colofón realizado por Paolo Astorga.

El primer apartado titulado “Un Abismo de Luz” contiene siete poemas, en donde el estilo versal es directo, y se matiza, y no sólo en este apartado, de la vanguardia y de los quiebres versales del formalismo ruso, y de la escuela del futurismo; además que, juega con la metonimia como efecto de palabras para engarzar al lector. Lo más resaltante se ubica en su semántica, como contenido, que no es más que vislumbrar circunstancias duras embadurnadas con venas del verbo amar, hasta alcanzar un renacer. Pero, en donde, la realidad no se ubica como juego de niños sino exige coraje, y el poeta lo sabe, porque ésta, corta cabezas así como a los deseos más arcanos.

NOCHE DE TORMENTA

Quiero cortarme el pecho.
Desangrar
Y nacer de nuevo.
Hablarles de la tristeza
Que estoy sintiendo.
De lo repulsiva que es la vida.
De lo angustiante que es amarte
En un vacío que silencia mi cuerpo.
En una noche de tormenta
Un trueno aplana con tierra la carne seca de mis ojos.
Humean chispas de luto tragándose toda boca de mis caricias.
Y gira
Ardientemente
Sobre ti mi piel envuelta
Como una lluvia de cenizas.
Como una trompa de elefante
Una tumba de amor orina relámpagos de voz en polvo.
Una explosión de verte dormida en lo invisible vuela mi cabeza a lo lejos.
A lo lejos, nadando en soledad
Mi pensamiento se carga de miedo.
Mi corazón se atornilla con un gemido de dolor.
Una pena furiosa echa carbón a su destino.
Una mano dulce
Destroza lo extraño del tiempo buscando tu recuerdo.
Acto seguido…
Como una selva de olvidos mi sentimiento se disuelve…
Rueda por el mundo mi cuerpo reventado con infinitas lágrimas enteras.[1]


El lirismo se desborda. Vence al poeta en lo idílico y lo trágico.


S/T

Qué puedo escribir
Cuando lo que siento
Se desvanece como un aire
Reventándole un pulmón a mi larga vida
Cuando estoy amando
La triste esperanza de amarte en silencio
Cuando mi ojo
Se clava como una bala perdida
Cayéndose de rodillas aquí en mi pecho
Mirando cómo la tristeza
Se apodera de mi cuerpo vestido con un mar hecho llanto.[2]



El segundo apartado se titula: “Canto Fugitivo de una Sombra Luminosa”. Consta de un cuerpo de diez y ocho poemas.
El Poeta, César Pineda Quilca, entona un canto que vara entre la ilusión y el dolor, ambas con una férrea angustia de resistir al rayo, y al tiempo; como especie de iniciación, verso de pasaje, de lo ficcional a la realidad: al tacto del amor vivo. Como se manifiesta en el poema Escribiendo Tu Nombre sobre el Aire o como en este poema.

EXTIRPANDO CUALQUIER DUDA

Salí

De tus sueños húmedos
                                               como nieve derretida
Y te hice
                  el amor como nunca

Montados los dos
                                   sobre
                                                 una burbuja invisible.[3]


César se ubica en la azotea de las preguntas, se cuestiona internamente como el personaje de Ernesto Sábato. Pero que en esta ocasión para el poeta no es un Túnel, sino un laberinto, donde siempre a ojos abiertos reconoce los actos que provocan su angustia.


UN CORAZÓN DESNUDO SOSTIENE MI CABEZA

Tengo
Las manos repletas de angustia.

Se me hace
Difícil caminar por la vida.

Estoy tan ciego
Y falto de respuestas que no puedo hablar siquiera.

¿Será acaso que tengo
La boca tapada con inmensas preguntas celestes?[4]


LABERINTO

Debo

Hallar la salida.

Fugarme de aquí.

Desparecer si es posible.

Antes que llegase la muerte derribé toda ausencia.

Hice polvo tu olvido.[5]


¿Cuándo la realidad deja de ser idea y se vuelca en materia?, ¿cómo el símbolo se transfigura en presencia? En esa alquimia de proceso, entre sentir y lenguaje, César, no sólo halla satisfacción, sino ansiedad y mucho más dolor.


PULSACIÓN

Salí
Como una flecha
Disparado a buscarte
Donde, quizás,
Nunca antes nadie te había visto.

Y terminé
Más herido que de costumbre.

Vestido
Como el frío
De un parque vacío.[6]


Así el poeta se estrella y avanza. Divaga al sentir como quien porta un bulto y carga palabras. Ese es su credo, el poema, y continuar en la senda a paso y con rostro hecho Ser, en busca de la luz de la verdadera belleza, como loco, electrocutado, náufrago, ahogado…; en un mar o una calle de olvido o de invierno de silencio.

No hay tregua para el poeta, pero este no pierde las ganas de vivir, más bien embate la vida a través de la sense humanista, despertando su conciencia, la voz que ya no quiere aguardar en algún rincón, sino que quiere rugir fieramente sobre la cotidianidad; y así, del extrañamiento, contemplarse como el mismo poeta lo dirá, con el sólo motivo “En qué situación se encuentra mi tragedia.”[7]

De ahí que el poeta teoriza el acto de escribir, el poema: “Una profunda/ Cicatriz que llevamos dentro.”[8]

Es desde entonces, como punto, que se inicia una batalla.

El tercer apartado se titula: "Rescatando la Lumbre". Y contiene catorce versos. La batalla interna se libra con lo externo y viceversa, pero la conciencia sabe que la vivencia pone en riesgo la salud en cualquier espacio. Por ende, el poeta busca respuestas, que sólo provendrán de oráculos mudos. De ahí que el poeta atormentado, no escapa de su naturaleza, la musicalidad y las melodías vienen a él y se le acurrucan en palabras.


PARADERO SECRETO

Cuántas veces
Me he ido de ti
Sin un pasaje de regreso.

Difícil escuchar
La melodía de un verso que te busca en silencio.[9]


A la Poesía no se le puede cerrar nada, ella viene sola, como musa, vida, u obscuridad; y que para César, en la soledad, ésta construye poemas con sus partes.


PREDILECCIÓN 1

Este poema
Se construye con la suma de mis partes.[10]


Necesario es decir que, no existe hedonismo en el canto de César, incluso no se reconoce como poeta, más bien se atiborra de cuestionamientos, lucha con fantasmas de la muerte para emerger como existencia, motivo esencial de este poemario, adquirir vida y sentido en el espíritu que se encuentra detrás de su acto, revelación como Poeta frente al tiempo.


¿QUIÉN SOY YO?

Sino
Aquel sujeto extraño
Que dialoga
Con su imagen aún más extraña.[11]


RUEGO COMÚN

Escribe,
Hermano, escribe.

Sino lo haces pronto
Nadie sabrá que has existido.

Hazlo
Pronto y desaparece.[12]


FINALMENTE

Pude esconderme
Detrás de la ventana de tus ojos invisibles.

¿Quién
Se esconde aquí
Detrás de este poema?[13]



Se felicita al poeta, César Pineda Quilca, por este arduo quehacer de explorar el lenguaje en diversas dimensiones de la realidad y alcanzarnos desde la niebla esas lúcidas visiones que encarnan bajo el título de este su poemario: "El Arribo de un Éxtasis Violento". Y que, además, esperamos ver con ansias su próxima obra que, es más que seguro, dará mucho más que hablar.

Ursula A. N. Podestá Sánchez.

Arequipa, 8 de Noviembre de 2014.





[1] PINEDA QUILCA, César. El Arribo de un Éxtasis Violento. Lima: Toro de Trapo, 2011. Págs. 21-22.
[2] Ibídem. Pág. 27.
[3] Ibídem. Pág. 34.
[4] Ibídem. Pág. 32.
[5] Ibídem. Pág. 33.
[6] Ibídem. Pág. 35.
[7] Ibídem. Pág. 45.
[8] Ibídem. Pág. 46.
[9] Ibídem. Pág. 54.
[10] Ibídem.  Pág. 58.
[11] Ibídem. Pág. 59.
[12] Ibídem. Pág. 61.
[13] Ibídem. Pág. 64.

viernes, 2 de enero de 2015

"República de Poetas: 17 Poetas Arequipeños (2000-2010)", de los investigadores y poetas Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda


República de Poetas: 
17 Poetas Arequipeños (2000-2010)
de los investigadores y poetas
Ursula A. N. Podestá Sánchez &
Orlando V. Bedoya Pineda


Título: República de Poetas: 17 Poetas Arequipeños (2000-2010).
Autor: Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda.
Revista y sello: Ambedue.
Ciudad: Arequipa-Lima.
Año de publicación: 2012. 
Género: Investigación Histórica.
Medidas: 20,5 x 14,7 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 148.




República de Poetas: 
17 Poetas Arequipeños (2000 2010).


Investigación histórica literaria, que abarca una década. Son 38 los poetas mencionados, de los cuales 17 son los que, por continuidad de publicación ─dos obras mínimo─, se circunscriben en este texto. Además que, contiene: un marco histórico, fotografías, datos sobre la producción y quehacer literario de los creadores de Arequipa del 2000-2010, y manejo del aparato erudito. Estos son los poetas por orden de nombre: Ángel Pilco Escobedo, Augusto Carrasco, Franco Gómez Valcárcel, Gabriela Podestá Sánchez, Héctor Sanz García, Jhonatan Segura, Jimmy Barrios, Jimmy Marroquín Lazo, Julio M. Pacheco Polanco, Kreit Vargas, María Miranda Medina, Mirtha Núñez Cueva, Orlando V. Bedoya Pineda, Oscar Saldívar Bolívar, Robert Baca Oviedo, Urpi Orihuela Cruz, Ursula Podestá Sánchez.
Investigación que se puede leer de manera completa en la siguiente dirección.
http://issuu.com/ambedue/docs/rep__blica_de_poetas-17_poetas_preq?e=0/10757351