sábado, 3 de enero de 2015

"El Arribo de un Éxtasis Violento" texto poético de César Pineda Quilca



EL ARRIBO DE UN ÉXTASIS VIOLENTO
del poeta
César Pineda Quilca
Por: Ursula A. N. Podestá Sánchez.


Título: El Arribo de un Éxtasis Violento.
Autor: César Pineda Quilca.
Prólogo: Raúl Heraud.
Editorial: Toro de Trapo.
Ciudad: Lima.
Año de publicación: 2011. 
Género: Poesía.
Medidas: 16,7 x 17,5 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 70.





EL ARRIBO DE UN ÉXTASIS VIOLENTO


César Pineda Quilca (Lima, 1980), es docente y promotor de las letras como de la lectura, desde la ciudad de Lima.
Este, su primer poemario de César, es manejado con estilo cerebral y lucidez, como T. S. Eliot. Pero, sin alejarnos de conocidos giros versales que nos sugieren a Neruda y Huidobro.
Pues bien. Este poemario se encuentra estructurado en tres apartados, y un Colofón realizado por Paolo Astorga.

El primer apartado titulado “Un Abismo de Luz” contiene siete poemas, en donde el estilo versal es directo, y se matiza, y no sólo en este apartado, de la vanguardia y de los quiebres versales del formalismo ruso, y de la escuela del futurismo; además que, juega con la metonimia como efecto de palabras para engarzar al lector. Lo más resaltante se ubica en su semántica, como contenido, que no es más que vislumbrar circunstancias duras embadurnadas con venas del verbo amar, hasta alcanzar un renacer. Pero, en donde, la realidad no se ubica como juego de niños sino exige coraje, y el poeta lo sabe, porque ésta, corta cabezas así como a los deseos más arcanos.

NOCHE DE TORMENTA

Quiero cortarme el pecho.
Desangrar
Y nacer de nuevo.
Hablarles de la tristeza
Que estoy sintiendo.
De lo repulsiva que es la vida.
De lo angustiante que es amarte
En un vacío que silencia mi cuerpo.
En una noche de tormenta
Un trueno aplana con tierra la carne seca de mis ojos.
Humean chispas de luto tragándose toda boca de mis caricias.
Y gira
Ardientemente
Sobre ti mi piel envuelta
Como una lluvia de cenizas.
Como una trompa de elefante
Una tumba de amor orina relámpagos de voz en polvo.
Una explosión de verte dormida en lo invisible vuela mi cabeza a lo lejos.
A lo lejos, nadando en soledad
Mi pensamiento se carga de miedo.
Mi corazón se atornilla con un gemido de dolor.
Una pena furiosa echa carbón a su destino.
Una mano dulce
Destroza lo extraño del tiempo buscando tu recuerdo.
Acto seguido…
Como una selva de olvidos mi sentimiento se disuelve…
Rueda por el mundo mi cuerpo reventado con infinitas lágrimas enteras.[1]


El lirismo se desborda. Vence al poeta en lo idílico y lo trágico.


S/T

Qué puedo escribir
Cuando lo que siento
Se desvanece como un aire
Reventándole un pulmón a mi larga vida
Cuando estoy amando
La triste esperanza de amarte en silencio
Cuando mi ojo
Se clava como una bala perdida
Cayéndose de rodillas aquí en mi pecho
Mirando cómo la tristeza
Se apodera de mi cuerpo vestido con un mar hecho llanto.[2]



El segundo apartado se titula: “Canto Fugitivo de una Sombra Luminosa”. Consta de un cuerpo de diez y ocho poemas.
El Poeta, César Pineda Quilca, entona un canto que vara entre la ilusión y el dolor, ambas con una férrea angustia de resistir al rayo, y al tiempo; como especie de iniciación, verso de pasaje, de lo ficcional a la realidad: al tacto del amor vivo. Como se manifiesta en el poema Escribiendo Tu Nombre sobre el Aire o como en este poema.

EXTIRPANDO CUALQUIER DUDA

Salí

De tus sueños húmedos
                                               como nieve derretida
Y te hice
                  el amor como nunca

Montados los dos
                                   sobre
                                                 una burbuja invisible.[3]


César se ubica en la azotea de las preguntas, se cuestiona internamente como el personaje de Ernesto Sábato. Pero que en esta ocasión para el poeta no es un Túnel, sino un laberinto, donde siempre a ojos abiertos reconoce los actos que provocan su angustia.


UN CORAZÓN DESNUDO SOSTIENE MI CABEZA

Tengo
Las manos repletas de angustia.

Se me hace
Difícil caminar por la vida.

Estoy tan ciego
Y falto de respuestas que no puedo hablar siquiera.

¿Será acaso que tengo
La boca tapada con inmensas preguntas celestes?[4]


LABERINTO

Debo

Hallar la salida.

Fugarme de aquí.

Desparecer si es posible.

Antes que llegase la muerte derribé toda ausencia.

Hice polvo tu olvido.[5]


¿Cuándo la realidad deja de ser idea y se vuelca en materia?, ¿cómo el símbolo se transfigura en presencia? En esa alquimia de proceso, entre sentir y lenguaje, César, no sólo halla satisfacción, sino ansiedad y mucho más dolor.


PULSACIÓN

Salí
Como una flecha
Disparado a buscarte
Donde, quizás,
Nunca antes nadie te había visto.

Y terminé
Más herido que de costumbre.

Vestido
Como el frío
De un parque vacío.[6]


Así el poeta se estrella y avanza. Divaga al sentir como quien porta un bulto y carga palabras. Ese es su credo, el poema, y continuar en la senda a paso y con rostro hecho Ser, en busca de la luz de la verdadera belleza, como loco, electrocutado, náufrago, ahogado…; en un mar o una calle de olvido o de invierno de silencio.

No hay tregua para el poeta, pero este no pierde las ganas de vivir, más bien embate la vida a través de la sense humanista, despertando su conciencia, la voz que ya no quiere aguardar en algún rincón, sino que quiere rugir fieramente sobre la cotidianidad; y así, del extrañamiento, contemplarse como el mismo poeta lo dirá, con el sólo motivo “En qué situación se encuentra mi tragedia.”[7]

De ahí que el poeta teoriza el acto de escribir, el poema: “Una profunda/ Cicatriz que llevamos dentro.”[8]

Es desde entonces, como punto, que se inicia una batalla.

El tercer apartado se titula: "Rescatando la Lumbre". Y contiene catorce versos. La batalla interna se libra con lo externo y viceversa, pero la conciencia sabe que la vivencia pone en riesgo la salud en cualquier espacio. Por ende, el poeta busca respuestas, que sólo provendrán de oráculos mudos. De ahí que el poeta atormentado, no escapa de su naturaleza, la musicalidad y las melodías vienen a él y se le acurrucan en palabras.


PARADERO SECRETO

Cuántas veces
Me he ido de ti
Sin un pasaje de regreso.

Difícil escuchar
La melodía de un verso que te busca en silencio.[9]


A la Poesía no se le puede cerrar nada, ella viene sola, como musa, vida, u obscuridad; y que para César, en la soledad, ésta construye poemas con sus partes.


PREDILECCIÓN 1

Este poema
Se construye con la suma de mis partes.[10]


Necesario es decir que, no existe hedonismo en el canto de César, incluso no se reconoce como poeta, más bien se atiborra de cuestionamientos, lucha con fantasmas de la muerte para emerger como existencia, motivo esencial de este poemario, adquirir vida y sentido en el espíritu que se encuentra detrás de su acto, revelación como Poeta frente al tiempo.


¿QUIÉN SOY YO?

Sino
Aquel sujeto extraño
Que dialoga
Con su imagen aún más extraña.[11]


RUEGO COMÚN

Escribe,
Hermano, escribe.

Sino lo haces pronto
Nadie sabrá que has existido.

Hazlo
Pronto y desaparece.[12]


FINALMENTE

Pude esconderme
Detrás de la ventana de tus ojos invisibles.

¿Quién
Se esconde aquí
Detrás de este poema?[13]



Se felicita al poeta, César Pineda Quilca, por este arduo quehacer de explorar el lenguaje en diversas dimensiones de la realidad y alcanzarnos desde la niebla esas lúcidas visiones que encarnan bajo el título de este su poemario: "El Arribo de un Éxtasis Violento". Y que, además, esperamos ver con ansias su próxima obra que, es más que seguro, dará mucho más que hablar.

Ursula A. N. Podestá Sánchez.

Arequipa, 8 de Noviembre de 2014.





[1] PINEDA QUILCA, César. El Arribo de un Éxtasis Violento. Lima: Toro de Trapo, 2011. Págs. 21-22.
[2] Ibídem. Pág. 27.
[3] Ibídem. Pág. 34.
[4] Ibídem. Pág. 32.
[5] Ibídem. Pág. 33.
[6] Ibídem. Pág. 35.
[7] Ibídem. Pág. 45.
[8] Ibídem. Pág. 46.
[9] Ibídem. Pág. 54.
[10] Ibídem.  Pág. 58.
[11] Ibídem. Pág. 59.
[12] Ibídem. Pág. 61.
[13] Ibídem. Pág. 64.

viernes, 2 de enero de 2015

"República de Poetas: 17 Poetas Arequipeños (2000-2010)", de los investigadores y poetas Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda


República de Poetas: 
17 Poetas Arequipeños (2000-2010)
de los investigadores y poetas
Ursula A. N. Podestá Sánchez &
Orlando V. Bedoya Pineda


Título: República de Poetas: 17 Poetas Arequipeños (2000-2010).
Autor: Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda.
Revista y sello: Ambedue.
Ciudad: Arequipa-Lima.
Año de publicación: 2012. 
Género: Investigación Histórica.
Medidas: 20,5 x 14,7 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 148.




República de Poetas: 
17 Poetas Arequipeños (2000 2010).


Investigación histórica literaria, que abarca una década. Son 38 los poetas mencionados, de los cuales 17 son los que, por continuidad de publicación ─dos obras mínimo─, se circunscriben en este texto. Además que, contiene: un marco histórico, fotografías, datos sobre la producción y quehacer literario de los creadores de Arequipa del 2000-2010, y manejo del aparato erudito. Estos son los poetas por orden de nombre: Ángel Pilco Escobedo, Augusto Carrasco, Franco Gómez Valcárcel, Gabriela Podestá Sánchez, Héctor Sanz García, Jhonatan Segura, Jimmy Barrios, Jimmy Marroquín Lazo, Julio M. Pacheco Polanco, Kreit Vargas, María Miranda Medina, Mirtha Núñez Cueva, Orlando V. Bedoya Pineda, Oscar Saldívar Bolívar, Robert Baca Oviedo, Urpi Orihuela Cruz, Ursula Podestá Sánchez.
Investigación que se puede leer de manera completa en la siguiente dirección.
http://issuu.com/ambedue/docs/rep__blica_de_poetas-17_poetas_preq?e=0/10757351


"Cuerpos Confinados" del poeta Óscar Saldívar Bolívar



Cuerpos Confinados
del poeta
Óscar Saldívar Bolívar
Por: Orlando V. Bedoya Pineda .

Título: Cuerpos Confinados.
Autor: Óscar Saldívar Bolívar.
Ciudad: Arequipa.
Año de publicación: 2014. 
Género: Poesía.
Medidas: 20,4 x 14,4 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 60.



Cuerpos Confinados[1]

“Cuerpos Confinados”, es el título del poemario, de reciente presentación, del poeta Óscar Saldívar Bolívar, que consta de 37 poemas, dividido en dos apartados troncales o principales.

Texto poético que sugiere, desde el título: exilio, destierro, acto y efecto de abandonar o alejarse de algo; en esta ocasión, del cuerpo que es un atributo material, sensual y/o plástico hacia ideales espirituales sublimes, mas no como acto en sí. Desde el título, existe la batalla de lo visible y lo no visible (forma y contenido). Es así que, Óscar, nos presenta, les decía, un texto de dulzura agrietada de desencanto e intertextualidad. Es una cosmovisión, que rodea al problema o al mismo título como “extinción del amor” con grito en lucha frente a diversas circunstancias sociales decadentes, conjugadas a escenas intimistas, y otras familiares.

Los apartados tienen una clara intensión de: el primero, mostrar un panorama general a especie de médula espinal o contexto general. Mientras que el segundo apartado, profundiza la temática primera en términos de soledad, vacío,… etc.; así se reflejan, como dos bien definidas secuencias o devenir entre poemas, ejemplo claro en los títulos del segundo apartado, que engloban al poemario, tratados en el primer apartado: balcones y tacones II, sueño rodado II, Vals II, cortometraje II, un puerto en el pacífico II (con Ángela)…

La construcción de la poesía de Óscar se refleja en las palabras que opta como fijación: perras, luna, rata, cielo, ciudad, rodado, patio, asfalto, tarde, tragaluz, gato, agüaita, corona, rodado, Lima, pulpo, país, puto, maldita, puerta, cagado, burdel, puerto, vulva, riel, huesos, iceberg, puente, túnel, lluvia; todas ellas que nos manifiestan entre versos la ironía, lo lúdico, y lo adolorido; conjugados con la memoria y la desilusión, la crudeza de la realidad; bien marcados entre citas bíblicas, cantos populares, títulos y versos de poemas, nombres de ciudades, films, nombres de plazas y calles, sin estar en ausencia la presencia de la ciudad de Arequipa.

No es de esperar, que la voz del vate nos recuerde al desarraigo de Jorge Eduardo Eielson, en su libro: “El Cuerpo de Giulia-no”

Por lo que, Óscar, en este nuevo poemario, nutre las sinestesias hasta que el lector se conmueva en diversos espacios urbanos, donde la responsabilidad se hace un tránsito de conciencia entre lo más sacro y la dureza hacia uno mismo. Rueda de muerte para volver a iniciar, vivencia en posibilidades de esfuerzo, sudor y anhelos.

"Cuerpos Confinados", no es poesía oscura, sino que entraña fina dulzura, ira y desilusión, dolor aconglomerado como muro que no se doblega ante la vida, sino más bien es trepado, por el poeta, ya con las uñas o con los dientes.
Orlando V. Bedoya Pineda.
Arequipa, 20 de Diciembre 2014.



I. BALADA DEL NARAYAMA

Ya tienes edad para morir
Quedarte quieto de una vez, sólido
O ligero
Ya no alzarte del sueño
Esas dunas donde deambulan tus restos
Ya no sostener
Dulcemente lo inútil
Transpirando el hedor y el dolor
Cuando ya no te habitan los astros
Ni los más vastos elementos
Esta última certeza
Que dejará de ser una certeza
Esta última mirada
Que viaja alrededor de la tierra
Ya tienes edad para morir
Recoge tus pies, tus manos, tus labios
Tus ojos rodaron
A dentro
Ya no el dolor, sólo el hedor y el sueño


IV.

Tu cráneo exhala volutas de mirra y enebros
Un lecho de cenizas

Los poetas no tienen primaveras, no tienen edad, no mueren
Comed y bebed todos de él

Máscaras tiene la noche, calles y puentes por donde va el amor
Sin saber a dónde ir
En sus orillas las ratas beben el éter de la metafísica
Rebaños desterrados del edén, pastor de ratas
Torrenteras tiene la noche, un traslumbrar de prostitutas
Doquiera alzándose   como lanzas o mástiles
En tu pecho está escrito
NO APOYARSE, EXCAVACION PROFUNDA

La luna es una madeja, despabila, difumina
Aliento y gozo
Entonces desnudos mostrarse, imperfectos, vulnerables
Así porfiados, febriles, confesos
Reminiscencias que nos hacen gesticular  
Exultantes y grotescos
Cuánta vigilia! Y al final extraviarse
Perderse en el ruido, cegados de luz, cagados asfixiarse


X. SUEÑO RODADO

Aún no conocías los océanos, pero una casa es un mundo
El cielo del patio fue tu primera lección de astronomía
Nuestra infancia es un lugar
De donde nunca nos hemos ido
Cualquier parte de la casa tenía dulces entresijos, entrañables
Dentruras donde nos escondíamos
Sin tregua, ansiosos y exultantes, felices hasta lo indecible, sí
Aunque yo siempre me portaba mal
Una vez rompí de un pelotazo el vidrio de aquel cuadro
Que contenía el retrato de papá
Me escondí nueve años. Pero tú conocías mi escondite
El cielo aquel, sus ojos
Varias veces me rompí la cabeza, me quemé las manos y los pies
Me torcí los pies y las manos, y más
Aletazos que escudriñaban y estrujaban palmo a palmo el mundo
Y así confabulados reíamos, desobedecíamos
Nos reconvenían con dureza, con ternura
Desobediente, sublevado, insurrecto un día me perdí
En un río de silencios
Este rumor, este rencor, este despeñadero
Mis pies emigraron
Para volver he desandado el curso de aquestos renglones
He tenido que porfiar tanto para entregarte estas palabras, hermano

Todavía se suspende aquella cometa que hicimos
Volaba tan bien que aun puedo ver nuestras caras con la boca abierta
Regocijados, perplejos 
Esa cometa es un meteorito de matara con rabera de trapo
Una frágil osamenta, tan dulce, tan dócil, tan oscura

En el descampado hay niñas que vomitan el vértigo de sus columpios
En ese terral pertenecemos a sendos ejércitos
Que colisionan, que se devastan; cuatrocientosmil golpes, esta furia
Guerreros inmortales, despanzurrados, somnolientos y rengos
Que colgarán sus arcos y sus corazas, esconderán sus pertrechos
Y sus caramelos, aliquebrados dormirán
Ebanistas de espadas, escudos y lanzas; parapetados, atrincherados
Estrategas de la conflagración, rapaces de sucias mejillas
Imberbes, procaces
Que hacían sogas y redes con sus bridas, cinturones y alpargatas
Corríamos en medio del fragor, entre los gritos y la luvia
Jenízaros de audaces bríos, alígeros
Una vorágine de algaras, hélices que arrancaban todo de raíz
Recias falanges de bestias
Resueltos en lances y emboscadas, raudos, anhelantes
Fulmíneos, más de ochocientas balas, desnudos en las hulleras
Arrebatos que terminaban en iras muertas
Varados, encallados en una carretera de gargajos
Sonrientes demonios que exudaban hasta quedar esmaltados, ungidos

Habían dientes de sable que sinuosos acechaban
Antílopes que corrían y saltaban, nerviosos rumiantes
Efímeros en la espesura de las zarzas, lienzos y pilastras
Y el cierzo cortaban, los riachuelos y las matas
Crujiente tronchar que zarandeaba el rocío y la hojarasca
Y el polen cernía
Por eso mejor sigamos jugando nomás
Mira, ya viene ella, y sonreía, está sonriendo
Ya ves lo que te dije, no es tan tarde, solamente miedo tú tenibas
De regreso a casa tú vas en su espalda y yo camino a su lado
Aferrado a una de sus manos
Ella guardará nuestro sueño con mantas, cuentos y almohadas
Su mirada es una constelación
Traslumbran las lámparas y de las tinieblas surgen
Aeroplanos, barcos, locomotoras; unicornios, centauros, esfinges
Tambores, bayonetas, cañones; caballos, estandartes, legionarios
Cantos, avatares, un llanto rodado


XXVII. UN PUERTO EN EL PACÍFICO II  (con Ángela) 

 En ti habitan lentamente las horas
Tus pies se hunden en la noche
Tu cráneo se llena de algas
Arena y espuma
Tus ojos siguen el curso de los astros
Tu cuerpo escarbado
Zanjas de piedra
Se pudren las horas
Detenidas en el acantilado y en el musgo
Noche de vastos escombros sobre un cuerpo desnudo
Maretazos que arrastran tus entrañas
Como el mar habitas lo entrañable
Latente y profundo
Latente como un recuerdo
Profundo como el olvido
A veces la marea te abandona a tu suerte
Confinado en tus silencios
Desolado en tus cantos
Tuslabiosrodados
La luna te trae floraciones y endechas
Las olas te traen la muerte

La luna menstrúa
Cuerpos que orean sus vísceras
Como poemas aún no resueltos, que se resisten
Que se sublevan al temblor disidente de unas manos
Albordedequécumbreoacantiladopernoctanesoscuerposdevastados



 [1] Oscar Saldívar Bolívar (Arequipa). Estudió Literatura y Lingüística. Segundo premio en los juegos Florales Federico García Lorca de la Facultad de Filosofía y Humanidades (1998); y otros reconocimientos a nivel nacional. Junto a Alex Medina Ch. y Hermes Basedán consolidan la agrupación ORGIOS y la revista del mismo nombre (2001-2002), quienes organizarán polémicos y escandalosos recitales con elementos de art povera, logrando alcanzar la publicación de tres números. 
Obra Poética: Hemiplexia (2002). Concierto par Dulcinea (2003). Sangría (2003). Hábitat Trashumante (2007). Cuerpos Reptantes (2009).