Cuerpos Confinados
del poeta
Óscar Saldívar Bolívar
Por: Orlando V. Bedoya Pineda .
Título: Cuerpos Confinados.
Autor: Óscar Saldívar Bolívar.
Ciudad: Arequipa.
Año de publicación: 2014.
Género: Poesía.
Medidas: 20,4 x 14,4 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 60.
Cuerpos Confinados[1]
“Cuerpos
Confinados”, es el título del poemario, de reciente presentación, del poeta Óscar Saldívar Bolívar, que consta de 37 poemas, dividido en dos apartados troncales o
principales.
Texto
poético que sugiere, desde el título: exilio, destierro, acto y efecto de
abandonar o alejarse de algo; en esta ocasión, del cuerpo que es un atributo
material, sensual y/o plástico hacia ideales espirituales sublimes, mas no como
acto en sí. Desde el título, existe la batalla de lo visible y lo no visible (forma y
contenido). Es así que, Óscar, nos presenta, les decía, un texto de dulzura
agrietada de desencanto e intertextualidad. Es una cosmovisión, que rodea al
problema o al mismo título como “extinción del amor” con grito en lucha frente
a diversas circunstancias sociales decadentes, conjugadas a escenas intimistas,
y otras familiares.
Los apartados tienen una clara intensión de: el primero, mostrar un
panorama general a especie de médula espinal o contexto general. Mientras que
el segundo apartado, profundiza la temática primera en términos de soledad,
vacío,… etc.; así se reflejan, como dos bien definidas secuencias o devenir
entre poemas, ejemplo claro en los títulos del segundo apartado, que engloban
al poemario, tratados en el primer apartado: balcones y tacones II, sueño
rodado II, Vals II, cortometraje II, un puerto en el pacífico II (con Ángela)…
La
construcción de la poesía de Óscar se refleja en las palabras que opta como
fijación: perras, luna, rata, cielo, ciudad, rodado, patio, asfalto, tarde,
tragaluz, gato, agüaita, corona, rodado, Lima, pulpo, país, puto, maldita,
puerta, cagado, burdel, puerto, vulva, riel, huesos, iceberg, puente, túnel,
lluvia; todas ellas que nos manifiestan entre versos la ironía, lo lúdico, y lo
adolorido; conjugados con la memoria y la desilusión, la crudeza de la
realidad; bien marcados entre citas bíblicas, cantos populares, títulos y
versos de poemas, nombres de ciudades, films, nombres de plazas y calles, sin
estar en ausencia la presencia de la ciudad de Arequipa.
No
es de esperar, que la voz del vate nos recuerde al desarraigo de Jorge Eduardo
Eielson, en su libro: “El Cuerpo de Giulia-no”
Por lo que, Óscar, en este nuevo poemario, nutre las sinestesias hasta que el
lector se conmueva en diversos espacios urbanos, donde la responsabilidad se
hace un tránsito de conciencia entre lo más sacro y la dureza hacia uno mismo.
Rueda de muerte para volver a iniciar, vivencia en posibilidades de esfuerzo,
sudor y anhelos.
"Cuerpos Confinados", no es poesía oscura, sino que entraña fina dulzura, ira y desilusión,
dolor aconglomerado como muro que no se doblega ante la vida, sino más bien es trepado, por el poeta, ya con las uñas o con los
dientes.
Orlando V. Bedoya Pineda.
Arequipa, 20 de Diciembre 2014.
Ya tienes edad para morir
Quedarte quieto de una vez, sólido
O
ligero
Ya no alzarte del sueño
Esas dunas donde deambulan tus restos
Ya no sostener
Dulcemente lo inútil
Transpirando el hedor y el dolor
Cuando ya no te habitan los astros
Ni los más vastos elementos
Esta última certeza
Que dejará de ser una certeza
Esta última mirada
Que viaja alrededor de la tierra
Ya tienes edad para morir
Recoge tus pies, tus manos, tus labios
Tus ojos rodaron
A dentro
Ya no el dolor, sólo el hedor y el sueño
IV.
Tu cráneo exhala volutas de mirra y enebros
Un lecho de cenizas
Los poetas no tienen primaveras, no tienen edad, no mueren
Comed
y bebed todos de él
Máscaras tiene la noche, calles y puentes por donde va el
amor
Sin saber a dónde ir
En sus orillas las ratas beben el éter de la metafísica
Rebaños desterrados del edén, pastor de ratas
Torrenteras tiene la noche, un traslumbrar de prostitutas
Doquiera alzándose
como lanzas o mástiles
En tu pecho está escrito
NO
APOYARSE, EXCAVACION PROFUNDA
La luna es una madeja, despabila, difumina
Aliento y gozo
Entonces desnudos mostrarse, imperfectos, vulnerables
Así porfiados, febriles, confesos
Reminiscencias que nos hacen gesticular
Exultantes y grotescos
Cuánta vigilia! Y al final extraviarse
Perderse en el ruido, cegados de luz, cagados asfixiarse
X. SUEÑO RODADO
Aún no conocías los océanos, pero una casa es un mundo
El cielo del patio fue tu primera lección de astronomía
Nuestra infancia es un lugar
De donde nunca nos hemos ido
Cualquier parte de la casa tenía dulces entresijos,
entrañables
Dentruras donde nos escondíamos
Sin tregua, ansiosos y exultantes, felices hasta lo
indecible, sí
Aunque yo siempre me portaba mal
Una vez rompí de un pelotazo el vidrio de aquel cuadro
Que contenía el retrato de papá
Me escondí nueve años. Pero tú conocías mi escondite
El cielo aquel, sus ojos
Varias veces me rompí la cabeza, me quemé las manos y los
pies
Me torcí los pies y las manos, y más
Aletazos que escudriñaban y estrujaban palmo a palmo el
mundo
Y así confabulados reíamos, desobedecíamos
Nos reconvenían con dureza, con ternura
Desobediente, sublevado, insurrecto un día me perdí
En un río de silencios
Este rumor, este rencor, este despeñadero
Mis pies emigraron
Para volver he desandado el curso de aquestos renglones
He tenido que porfiar tanto para entregarte estas palabras,
hermano
Todavía
se suspende aquella cometa que hicimos
Volaba
tan bien que aun puedo ver nuestras caras con la boca abierta
Regocijados,
perplejos
Esa
cometa es un meteorito de matara con rabera de trapo
Una
frágil osamenta, tan dulce, tan dócil, tan oscura
En
el descampado hay niñas que vomitan el vértigo de sus columpios
En
ese terral pertenecemos a sendos ejércitos
Que
colisionan, que se devastan; cuatrocientosmil golpes, esta furia
Guerreros
inmortales, despanzurrados, somnolientos y rengos
Que
colgarán sus arcos y sus corazas, esconderán sus pertrechos
Y
sus caramelos, aliquebrados dormirán
Ebanistas
de espadas, escudos y lanzas; parapetados, atrincherados
Estrategas
de la conflagración, rapaces de sucias mejillas
Imberbes,
procaces
Que
hacían sogas y redes con sus bridas, cinturones y alpargatas
Corríamos
en medio del fragor, entre los gritos y la luvia
Jenízaros
de audaces bríos, alígeros
Una
vorágine de algaras, hélices que arrancaban todo de raíz
Recias
falanges de bestias
Resueltos
en lances y emboscadas, raudos, anhelantes
Fulmíneos,
más de ochocientas balas, desnudos en las hulleras
Arrebatos
que terminaban en iras muertas
Varados,
encallados en una carretera de gargajos
Sonrientes
demonios que exudaban hasta quedar esmaltados, ungidos
Habían
dientes de sable que sinuosos acechaban
Antílopes
que corrían y saltaban, nerviosos rumiantes
Efímeros
en la espesura de las zarzas, lienzos y pilastras
Y
el cierzo cortaban, los riachuelos y las matas
Crujiente
tronchar que zarandeaba el rocío y la hojarasca
Y
el polen cernía
Por
eso mejor sigamos jugando nomás
Mira,
ya viene ella, y sonreía, está sonriendo
Ya
ves lo que te dije, no es tan tarde, solamente miedo tú tenibas
De
regreso a casa tú vas en su espalda y yo camino a su lado
Aferrado
a una de sus manos
Ella
guardará nuestro sueño con mantas, cuentos y almohadas
Su
mirada es una constelación
Traslumbran
las lámparas y de las tinieblas surgen
Aeroplanos,
barcos, locomotoras; unicornios, centauros, esfinges
Tambores,
bayonetas, cañones; caballos, estandartes, legionarios
Cantos,
avatares, un llanto rodado
XXVII. UN PUERTO EN EL PACÍFICO II
(con Ángela)
En ti habitan lentamente las horas
Tus pies se hunden en la noche
Tu cráneo se llena de algas
Arena y espuma
Tus ojos siguen el curso de los astros
Tu cuerpo escarbado
Zanjas de piedra
Se pudren las horas
Detenidas en el acantilado y en el musgo
Noche de vastos escombros sobre un cuerpo desnudo
Maretazos que arrastran tus entrañas
Como el mar habitas lo entrañable
Latente y profundo
Latente como un recuerdo
Profundo como el olvido
A veces la marea te abandona a tu suerte
Confinado en tus silencios
Desolado en tus cantos
Tuslabiosrodados
La luna te trae floraciones y endechas
Las olas te traen la muerte
La luna menstrúa
Cuerpos que orean sus vísceras
Como poemas aún no resueltos, que se resisten
Que se sublevan al temblor disidente de unas manos
Albordedequécumbreoacantiladopernoctanesoscuerposdevastados
[1] Oscar Saldívar Bolívar (Arequipa). Estudió Literatura y Lingüística. Segundo premio en los juegos Florales Federico García Lorca de la Facultad de Filosofía y Humanidades (1998); y otros reconocimientos a nivel nacional. Junto a Alex Medina Ch. y Hermes Basedán consolidan la agrupación ORGIOS y la revista del mismo nombre (2001-2002), quienes organizarán polémicos y escandalosos recitales con elementos de art povera, logrando alcanzar la publicación de tres números.
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